Felipe Pantone x Reebok Classic

Si quieres pasar a la historia, sabes que deberás romper alguna que otra regla y crear tu propio lenguaje creativo. Al menos, Felipe Pantone lo supo y, por eso, no sólo es un totem reconocido a nivel internacional en el mundo del graffiti y del arte urbano, sino que marcas como Reebok Classic lo buscan para colaborar. Always Classic es la campaña en la que participa para presentar la reinvención de una de las siluetas icónicas de la marca, la Reebok Classic Club C, junto a otros iconos en este campo, Montana Cans. La campaña reivindica la individualidad, el inconformismo, el hacer eco de quién eres, desafiando cualquier expectativa y animando a expresarse más allá de los límites. Activo en campos del arte cinético, instalaciones, intervenciones, graffiti y diseño, Pantone se caracteriza por un estilo marcado por el uso de colores vivos, formas geométricas y elementos Op-art; alejándose del graffiti tradicional y creando una estética limpia y moderna. Creativo hasta la médula, su visión nace de lo clásico para ubicarse a contracorriente en el arte, con un lenguaje visual rotundo y transgresor. Charlamos con él por skype y acabamos hablando su idioma.

¿Cómo te definirías como artista y como persona? ¿Lo separas o es algo que va siempre unido?
 Yo creo que va unido, es decir, un artista debe ser uno mismo ante todo y ser sincero, de otra manera el trabajo no tendría ninguna validez. En mi caso, desde luego, va completamente unido: soy mi trabajo y mi trabajo soy yo. Se complementan y se nutren uno con el otro.

¿Qué significa para ti ser Classic? ¿Y cómo haces tuya la rebeldía propia del mundo del graffiti? 
Pues, nunca pinté graffiti por ser rebelde, simplemente por una cuestión de posibilidad. Se podía pintar y era gratis, entonces, ¿por qué no? (risas). Ser classic es una cuestión que me acompaña. El graffiti tiene una esencia muy definida y, en verdad, da poco lugar a la experimentación. Yo lo veo como el Monopoly: hay reglas muy claras y el juego consiste básicamente en pintar lo que más puedas. Cuanto más abarques mejor: más ciudades, más países, más continentes. Incluso, cuando creas, eseo debe partir primero de lo classic; todo se retroalimenta.

 

Pues, nunca pinté graffiti por ser rebelde, simplemente por una cuestión de posibilidad. Se podía pintar y era gratis, entonces, ¿por qué no? (risas).

Felipe Pantone

¿Cómo ha surgido el proyecto de la Reebok Club C con Montana Cans? ¿Cómo habéis unido caminos?
 Con Montana Cans estoy vinculado desde 2005. Respecto a Reebok, un buen día me llamaron de Montana Cans y me contaron de estas zapatillas con sus colores, invitándome a ser la imagen de la campaña, y yo respondí “pues, claro” .

Hablemos un poco de tu estilo. Lo definen como contemporáneo y cinético. ¿Qué te inspira para crear un sello tan característico?
 Justamente eso me inspira: lo contemporáneo, es decir el presente, y lo cinético, la velocidad y la transformación, que son características del presente. Elijo los elementos con los que trabajo muy cuidadosamente para poder transmitir esta idea de vorágine actual. Si mi trabajo se hubiera visto hace cuarenta años poco se hubiera entendido. Hubieran dicho “¿Qué son estas imágenes raras?” (risas) Intento siempre que, aún en la abstracción, haya figuración de algún modo de este tiempo.

 

Si mi trabajo se hubiera visto hace cuarenta años poco se hubiera entendido. Hubieran dicho “¿Qué son estas imágenes raras?”

Sobre las formas geométricas y los colores que utilizas, ¿hay una razón detrás de todo esto? Tu nombre artístico viene del espectro de colores. En cuanto al nombre, en verdad, fue completamente aleatorio. Comencé firmando “Pant”, que, como todos los nombres de graffiti, no significa nada (risas). Luego le añadí lo de “One” que es otra cosa muy graffitera. Ése era mi nombre entonces, y después ya entendí lo que es Pantone y lo adopté. En cuanto a los colores y a las formas geométricas, creo que representan la velocidad de nuestros tiempos y la tecnología. Uso muchos colores degradados porque siendo tan limpios y puros me recuerdan a la informática y su omnipresencia.

Llevas en el arte urbano muchísimo tiempo. Desde que comenzaste hasta ahora, ¿cuál crees que ha sido la mayor evolución de la escena de ese mundo?
 El arte urbano ha evolucionado muchísimo… La esencia del graffiti no ha cambiado tanto. Las reglas no han cambiado. Si pintas un tren y te pillan terminas detenido como antes. En el street art es donde hay nuevas oportunidades. El street art lleva casi sesenta años; aunque los medios y los museos, que llegan siempre tarde, lo hayan descubierto recién ahora. Es bestial la movida, tanto tiempo en la sombra y ahora por fin comienzan a reconocerlo. Ya tocaba. Pero, para ser sincero, aunque yo también pinto en la calle, no me siento muy parte del movimiento.